Negligencias médicas

Si usted o algún familiar han tenido problemas en algún caso médico y sospecha que ha habido mala praxis o negligencia médica, y como consecuencia de ello, le han quedado secuelas o ha fallecido algún ser querido, déjese asesorar por abogados profesionales como los de nuestro despacho.

Lo primero de todo para esclarecer la verdad es solicitar y analizar todos los informes médicos, desde el ingreso o los primeros síntomas, y toda la documentación posible relativa a su caso. Tiene derecho a solicitar el historial médico completo mediante una solicitud al Hospital o al médico. En casos de fallecimiento solicite una autopsia judicial o clínica.

Hay que dejar claras las diferencias entre negligencia, impericia e imprudencia, estando estos tres conceptos englobados en lo que conoceríamos como mala praxis médica.

  • La negligencia es propiamente una acción mal realizada de manos de personal médico. Facultativos, enfermeros , auxiliares de enfermería y otros profesionales vinculados a la asistencia sanitaria, tienen que seguir los protocolos estudiados y no desatender ninguna de las facetas que pueden hacer desestabilizar la situación.

    Las negligencias médicas son resultado de malos diagnósticos o tratamientos apartados de los estándares habituales.

    Una de las características de estos errores, es que causan lesiones a los pacientes. Las lesiones pueden ser más o menos graves, así como serán más o menos cuantiosas las sanciones impuestas a los imputados o las penas de prisión.

    Sin embargo, para poder llegar a demostrar una negligencia médica, hay que estar en contacto con juristas especializados.

    Las causas de las negligencias sanitarias pueden ser muy variadas, desde un exceso en el volumen de pacientes, hasta agotamiento mental del facultativo a cargo del proceso.
  • La imprudencia médica tiene otras características. Estas se dan cuando los profesionales sanitarios realizan acciones imprudentes o temerarias, las cuales pueden poner o, de hecho, ponen en peligro la vida del paciente.

    La temeridad en estos casos puede deberse tanto a la actitud del personal médico como a cuestiones extrínsecas, en todo caso, un médico o una persona vinculada al sector sanitario, no deberá tomar decisiones si se encuentra con estrés excesivo o con un volumen de pacientes demasiado elevado.

    Si el médico es consciente de que está en un estado que no le permite llevar a cabo sus funciones con normalidad y, aun así, realiza el tratamiento, está incurriendo en imprudencia médica, la cual puede tener resultados fatales.

    En estos casos estaríamos hablando de delito, lo que puede conllevar penas de cárcel y/o sanciones muy elevadas.
  • El tercer supuesto es la impericia, que no es otra cosa que falta de conocimientos o de habilidad para ejecutar las acciones convenientes dado un caso clínico. La impericia se relaciona con la ausencia de conocimientos, con un tratamiento desfasado de la dolencia teniendo en cuenta el tiempo y lugar.

Una vez se hayan valorado las posibilidades por parte de los peritos y abogados especialistas negligencias médicas, se procederá a iniciar las tramitaciones para la buena resolución del caso. Es el momento de reclamar una indemnización acorde al daño sufrido. Los daños o secuelas producto de una mala praxis médica, son tan variados como pueden ser los despistes o errores que lleven a una situación que nadie desea. La reclamación podrá realizarse según diferentes factores, entre ellos los daños físicos y psicológicos padecidos, si ha habido invalidez o ha habido fallecimiento.

Los casos habituales de negligencia médica se producen en el ámbito quirúrgico, obstétrico, relacionado con medicina estética…

A continuación indicaremos una serie de supuestos que son susceptibles de ser considerados como negligencia médica o mala praxis:

  • Ginecología y obstetricia: errores. Como hemos indicado, se trata de un ámbito en el que las negligencias médicas se dan con mayor frecuencia que en otros.

    Existen variados casos que pueden ser considerados como malas praxis en el ámbito obstétrico; entre las situaciones habituales encontramos hipoxia.

    Esta dolencia consiste, básicamente, en una falta de oxígeno en la sangre, tejidos y células. La muerte celular es uno de los problemas graves de la hipoxia, que puede presentarse en diferentes grados de gravedad.

    Los grados dependerán, sobre todo, del tiempo en que el cerebro se queda sin oxigenarse. Hay que tener en cuenta que, cuando se produce una hipoxia grave, se comprometerán otros órganos del cuerpo, con las consiguientes secuelas e impedimento para realizar una vida normal.
  • Retraso o erros en diagnóstico. Es también de las situaciones más habituales cuando estamos hablando de negligencias médicas.

    En algunos casos, los errores de diagnóstico o los retrasos en el tratamiento se producen por parte de los médicos de cabecera.

    Al respecto, hay estudios que indican que la mortalidad provocada por cáncer disminuiría si se realizara en todos los casos, diagnósticos previos acertados y se redujesen las derivaciones erróneas, o sea, derivar a un paciente a un especialista que no podrá tratar su enfermedad por no ser la que el médico de cabecera sospechaba.

    Un retraso en el tratamiento pueden conducir a la muerte, por lo que los médicos de familia suponen uno de los pilares fundamentales en la estructura sanitaria de nuestro país.
  • Atención en urgencia. La prisa puede ser el peor enemigo de un sanitario, y ello se ha comprobado en salas de urgencia, así como en actuaciones médicas en las que se prima la urgencia.

    Por diversas razones (cansancio, falta de recursos ante situaciones o previsibles…), la atención en urgencia puede derivar en un error médico.

    En este punto, recordemos que de los errores sanitarios no solo son responsables los sanitarios que, directamente, los cometen. Se dan casos, por ejemplo, de infecciones nosocomiales o infecciones dadas por un mal estado de las instalaciones sanitarias.

    Por ello, hay que tener en cuenta que los responsables penales no son en muchos casos profesionales individuales, sino organismos, plantillas u órganos directivos.
  • Cirugía con resultado de muerte. El fallecimiento de la persona tratada es, obviamente, la situación más trágica a que puede llegarse, sobre todo si el diagnóstico no era en principio alarmante.

    La muerte en la cirugía puede deberse a errores por separado o a una cadena de fallos, cadena de la que puede ser responsable una sola persona, un conjunto o el propio organismo (por ejemplo, por carecer del material adecuado para situaciones no previsibles).

    Los fallos quirúrgicos necesariamente no tienen por qué conducir a la muerte, a veces el olvido de material quirúrgico en el interior del cuerpo tras las operaciones, es motivo de infecciones y de afecciones que serían valoradas como resultado de negligencias o errores médicos.
  • Defectos en la documentación de consentimiento. Ante determinados tratamientos, intervenciones quirúrgicas y otros hechos médicos, los pacientes han de ser informados y deben consentir el tratamiento médico que les será aplicado.

    De no ser claro o haber defectos de forma en el documento, pueden darse problemas por desconocimiento del paciente sobre los tratamientos a que está siendo sometido.

Es posible reclamar en vía penal, civil o administrativa. Nosotros le ayudaremos en todo el proceso de reclamación y le asesoramos para conseguir demostrar el error médico.

En Andalucía, el Servicio Andaluz de Salud tiene las competencias en los hospitales y centros públicos.

Confíe en nuestros expertos en negligencias médicas de las distintas especialidades de la medicina y no le fallaremos. Contamos con abogados y peritos médicos especialistas en errores médicos que estudiaran la viabilidad de su caso de forma gratuita.

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